Desde niño me gustaba pensar en cuáles palabras usar para comunicar mejor. En esos momentos creaba frases y anotaba en forma de citas en mis cuadernos de la escuela primaria. Esta era muy bonita y grande, en mi ciudad natal Cabimas, donde comencé mis estudios rodeado de amplios y coloridos jardines, árboles grandes y más grandes se veían aún para el tamaño que yo tenía en ese momento, varias canchas deportivas de pisos verdes y maestros dedicados aplicaban sus habilidades en esos primeros pasos de mi educación. Así los recuerdo con mucha emoción pues sembraron grandes ideas en mi mente. Una mente creativa y de muchas opciones e ideas para hacer cada labor.
Luego viví una experiencia un poco diferente al cursar mis estudios de bachillerato en el primer y mejor Liceo Militar en Venezuela, este se encuentra en un pueblo andino con un clima de 18°C aproximados todo el año, paisajes imponentes con hermosas montañas de los andes tachirenses, de donde recuerdo momentos maravillosos y creé lazos de amistad con quienes con el tiempo se convirtieron en mi familia Jáureguina.
Este liceo además de educación me brindó principios y valores para mi futuro y para con los demás. Por esta gran experiencia siempre les he agradecido a mis padres la oportunidad.
A nivel profesional estudié una carrera en el área de Administración de Empresas, que sumado a las experiencias y aprendizajes de esos años en la vida militar me regalaron muchas herramientas para lograr proyectos y emprendimientos. Esas bases me llevaron a triunfar y llamar esto que hago “talento”.
Mis inicios laborales de manera independiente vienen de cuando decidí aumentar mis ingresos y la única opción que mi mente aceptó fue emprender y crear negocios y/o empresas, nunca de ser empleado. Desde allí comencé a usar la materia que en la escuela poco creí que me iba a ser útil, -la matemática- (¿Qué ironía verdad?)
En medio de situaciones adversas compré una pequeña tienda de juguetes y en pocos años la multipliqué y convertí en el punto de referencia y hasta orgullosamente logré decir que marcó el camino para otras empresas del ramo, que estaban muy pendiente de lo que hacíamos y cómo lo hacíamos.
¡De una pequeña tienda a una cadena de jugueterías!
Por curiosidad asistí a un seminario de Programación Neurolingüística (PNL), algo realmente gracioso es que cuando le conté a mi madre me preguntó ¿Con qué se come eso? Y desde ese momento empecé a buscar las respuestas.
Un seminario tras otro comenzó a crear en mí esta pasión que solo hoy entiendo viene desde mis primeros años cuando de niño anotaba o creaba frases buscando comunicar de una mejor manera, observando reacciones y buscando cambios con esas palabras.
En este camino conocí a quien hoy día es mi amigo y maestro en la PNL, Juan Antonio Pérez. Con quien además de aprender he tenido la oportunidad y honor de compartir escenarios y formar equipo.
Tengo el aval de The Society of NLP Dr. Richard Bandler.
Mis formaciones como: Practitioner of NLP, Business Practitioner of NLP, Master Practitioner of NLP y la más actual como Trainer of NLP. Para este momento soy el único en Venezuela.
He tenido la oportunidad de estar en un gran número de seminarios donde he sido asistente y facilitador, formando parte del equipo de La sociedad Venezolana de la PNL, organización que honorablemente presido.
Hoy ya con una vasta capacitación y conocimientos puedo decir que la PNL brinda buenas maneras de crecer y dar aportes que entre seminarios y sesiones personales ya son muchas las personas a las que he ayudado a lograr cambios en diversos temas.
De manera grupal o individual son maravillosos los comentarios y mejor aún los resultados que luego de días o meses, nuestros clientes con un mensaje o llamada nos hacen saber lo feliz que se han sentido, sus cambios y éxitos, con lo que nos llenan de satisfacción y ganas de continuar aprendiendo y enseñando.
Ni pensar que esto comenzó con una idea de hacer llegar mis palabras de mejor manera cuando era solo un niño.
Yelvis Arteaga @yelvispnl